Tras a ver recibido tantas golpizas en su vida Violeta
había sufrido mucho siempre era agredida por lo hombres que aparecían en su
vida;
Su padre quién siempre la había tratado mal por ser tan débil,
por no hacer las cosas bien , por ser mujer, su primer amor de la secundaria
Diego quien cada que se enojaba le propinaba fuertes cachetadas y la estrujaba
cada que deseaba ella no podía hablarle a más chicos porque él no la dejaba su círculo
de amigos se cerraba a unas pocas amigas las cuales realmente eran amigas de
Diego, luego en preparatoria Gabriel fue el primero en dejarla inconsciente después
de una pelea en una fiesta y ahora con Ernesto quien pensó que sería diferente
que la amaría y no le haría daño como prometió el día que le propuso
matrimonio, debió saber que nunca cambiaría después de que en su luna de miel
enojado porque algo no saliera bien la insultara y le diera fuertes golpes con
el cinturón para luego disculparse cariñosamente y jurarle amor eterno como
unas horas antes en el altar.
Violeta simplemente no podía entender porque los
hombres que llegó a querer o amar siempre la lastimaban, no entendía porque los
hombres eran crueles y disfrutaban haciéndola sufrir, pensaba esto al grado que
ya no tenía amigos varones por propia voluntad, no se sentía cómoda pasando
tiempo con alguno, se sentía temerosa, nerviosa el tiempo que así ocurría.
Un día cuando fue a tomar café con su vieja amiga de años
Rosa le platicó todos estos temores, era la primera vez que se habría de tal
modo que de pronto se vio llorando sin parar, desahogándose de todo aquello que
le oprimía, decidieron que la plática daba ocasión a mas intimidad entonces
fueron a casa de Rosa quién era una soltera de treinta y tantos de figura muy
cuidada, atractiva, elegante, cuidadosa, que siempre estaba ahí cuando Violeta
estaba en problemas, que le proporcionaba consuelo y que sufría cuando aquella
llegaba a sufrir. Cuando llegaron a la casa Rosa sirvió dos vasos de whisky
mientras seguían las historias de desdichas, Violeta no paró hasta contar todas
las palizas y humillaciones que había sufrido con Ernesto, lo sola que se
sentía y lo inútil que se había vuelto, ya no tenía más seguridad en sí misma como
cuando era una gran abogada dueña de un despacho prestigiado entonces Rosa
sirvió otros dos vasos de whisky, y otros dos, y otros dos, y otros dos hasta
que la botella llegó a su fin junto con otra de vino tinto, Rosa empezó a
consolar a Violeta diciéndole que no era ninguna inútil y mucho menos débil, que
el aguantar tanto maltrato y aun estar de pie ya decía mucho, se le acerco y la
protegió entre el hueco de su cuello y sus hombros, ella que ya tenía tiempo
que se veía como protectora de Violeta se sintió muy bien en esa posición ,
ella que tenía tiempo sin ninguna pareja, ella que en su vida había tenido una
relación estable con un hombre, ella que justo con esa platica y justo en ese
momento también se sintió agredida por los hombres, humillada y necesitada de
comprensión y amor, entonces sin darse cuenta como ni en qué momento las dos se
buscaron los labios y se entrelazaron en un beso si no apasionado lleno de
afecto, un beso que buscaba encontrar comprensión, resguardo, que buscaba
seguridad, que buscaba compañía y eso encontraron, al separarse se quedaron
viendo a los ojos desconcertadas, temerosas, tímidas, pero con la ayuda del
alcohol y sus desinhibiciones se dejaron llevar por sus impulsos, por sus
necesidades y con torpeza pero también con curiosidad recorrieron mutuamente
sus cuerpos desnudos y descubrieron como darse placer aquel placer que hace
mucho no sentían, más allá del orgasmo se encontraron con cariño ese que
anhelaban tanto.
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